lunes, junio 16, 2008

La Escuela de las Américas en México

Seguramente todos recordarán la tristemente famosa “Escuela de las Américas”, aquella escuela de asesinos instaurada por el ejército estadounidense para apoyar las labores de contrainsurgencia en América Latina. En 1984 esta escuela cambió su nombre por el de Instituto de Cooperación para Seguridad Hemisférica (en inglés SOA/WHINSEC).
A continuación va un viejo reporte sobre México elaborado por la SOA Watch, una organización que desde 1990 trabaja por el cierre definitivo de esta escuela, sea cual sea su nombre. Vale la pena recordarlo.

México

El 22 de octubre del año 2003, en el Brownsville Herald se escribió: “Los Zetas, asesinos a sueldo del Cartel del Golfo (drogas) es un grupo formado por 31 ex-soldados que habían pertenecido a una división de “élite del ejército mejicano “ el Grupo Especial de la Fuerza Móvil Aérea. Según consta en documentos de la Secretaría mexicana de Defensa, por lo menos un tercio de los desertores de ese batallón habían sido entrenados en la Escuela de las Américas (SOA) en Fort Benning, Georgia. Según la oficina del Ministerio de Justicia, los Zetas estuvieron implicados en docenas de tiroteos a lo largo de la frontera Texas-México. También se sospecha que participaron en el secuestro y la ejecución de varios agentes policiales en Matamoros y en el rescate de cuatro miembros del Cartel del Golfo.”

“La Escuela de las Américas (SOA) es parte de un proyecto que protege y defiende los intereses de las empresas estadounidenses en México a costa de los obreros y de los pueblos indígenas. El movimiento para cerrar la Escuela de las Américas es una importante expresión de solidaridad con el pueblo mejicano.” -” Eduardo Díaz, líder obrero mexicano.

Consistentemente, los países con los peores antecedentes en derechos humanos son los que han mandado el mayor número de alumnos a SOA en los momentos de mayor represión. Dado ese historial no es de extrañar que México sea hoy uno de los mejores clientes de SOA. En los primeros 49 años de la Escuela, México mandó” muy pocos estudiantes - 766 en total. Este número creció” abruptamente en el año 1996; llegó a los 333 estudiantes en 1997, 1177 en 1998 y casi 700 en 1999. Los defensores de SOA pretenden que ese entrenamiento es indispensable debido a la participación cada vez mayor de México en la “guerra a las drogas”. Esto es sólo una pantalla, la verdad es que en 1997, sólo un 10% de los estudiantes mexicanos siguieron cursos para combatir el tráfico de drogas. En 1999, ningún estudiante mexicano se inscribió a ese tipo de cursos; sin embargo, 40 se anotaron para seguir cursos de entrenamiento en inteligencia militar.

El súbito crecimiento del número de egresados mexicanos corresponde al aumento de los movimientos en favor de la justicia económica en México. Las voces de los pobres y las expresiones en su favor, como la del Obispo Ruiz de Chiapas, amenazan a los ricos y a los poderosos. No es pues sorprendente, que los egresados de SOA se vuelquen en contra de la Iglesia. Un egresado de SOA, el General José Rubén Rivas Peña escribió un análisis de la situación en Chiapas y dice: “El Vaticano es la causa indirecta del conflicto en Chiapas con su rama infectada de la Teología de la Liberación.” Esta retórica es inquietantemente similar a la que se usaba en El Salvador antes del asesinato del Arzobispo Romero por egresados de SOA en 1980.

Los que se entrenan en SOA lo hacen para silenciar las voces de la justicia. Por lo menos 18 de los militares de alto nivel que han desempeñado un papel importante en las operaciones militares contra la población civil en Chiapas, Guerrero y Oaxaca son egresados de SOA. Uno de ellos, Juan López Ortiz, comandaba las tropas que, en 1994, cometieron la masacre de Ocosingo donde los soldados ataron las manos de los prisioneros en la espalda antes de dispararles en la cabeza.

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