miércoles, enero 31, 2007

Seamos imposibles, pidamos lo realista

Comienza el año, ora que termina enero. La intensidad del principio prefigura un poco sobre el ritmo, consistencia y textura de los acontecimientos por-venir.

¿Qué pasará en México? ¿En el mundo? ¿A quién le importa? ¿Y quién podría delinear alguna certeza? Habitamos el reino de la incertidumbre.


Pero ¿qué? ¿vamos a resignarnos a reinsertarnos a integrarnos a disolvernos a atomizar desasociar desvincular nuestros sueños, nuestro trabajo, nuestras palabras y quédecires? Yo creo que no.

Espero que la sombra me separe del día
y que fuera del tiempo, bajo un cielo sin techo
la noche me acoja donde mejor sé morir.

Si mi destino está sobre la tierra, entre los hombres,
preciso será aceptar en mí aquello que me definío,
puesto que no quiero ser otro que yo mismo.

Mi nombre, mi rostro, todo aquello que no me pertenece
lo doy como forraje al público insaciable,
mi verdad la comparto con los míos.

No vivo en la superficie, mi morada está más profunda
el malentendido no viene de mí:
nada tengo que ocultar si no sé adónde voy,
sé con quién voy.

Mi parte del trabajo es asumir mi libertad
lo digo a fin que más tarde nadie se asombre:
lucharé hasta que me reconozcan vivo.

Mi patria está sin nombre, sin tachas
hay una verdad en la subversión
que nos devolverá nuestra pureza escarnecida.

Y si debiera equivocarme, eso nada cambiaría
Hacer reventar los sistemas es el único juego aceptable,
el movimiento es la única manera de permanecer vivos.

Mi amor lo doy al hombre o a la mujer
quien me acompañará en este periplo incierto
donde velan la angustía y la soledad.
Y no cerraré los ojos, ni los bajaré.


Lo político comunitario es impreciso, pero no absolutamente incierto, porque se trata de lo que imaginemos, decidamos, impulsemos. ¿Pa' dónde estamos jalando? No lo sé. ¿Hacia el futuro? No sé, pero sé que vamos en dirección contraria a la reacción, a la derecha, al conservadurismo cultural.

No va a haber una cultura de paz. No va a mejorar nada. Todo será contingente, sorpresivo, rudo, indignante, difícil de soportar. Sin maíz no hay país. Con presos políticos, torturados, desaparecidos y muertos no va a poder venir ninguna paz. Sin justicia no habrá paz. Salarios de miseria, vidas de miseria. Salarios privilegiados, vidas privilegiadas.

¿A qué mentirnos con la llama del perfume, con la noche moderna
de los cinematógrafos, antesalas terrestres del sepulcro?
Pongamos, desde hoy, el instrumento en nuestras manos.
Abramos, con paciencia, nuestro nido para que nadie nos arroje con lástima al reposo.
Cavemos, cada tarde, el agujero, después de haber ganado nuestro pan.

Que en esa tierra hay hueco para todos: los pobres y los ricos.
Porque en la tierra hay un regalo para todos:
los débiles, los fuertes, las madres, las rameras.
Caen de bruces. Caen de cabeza o sentados.
Por donde más les pesa su persona, todos caen y caen.
Aunque el cajón sea lustroso o de cristal. Aunque las tablas
sin cepillar parezcan una cáscara rota con la semilla reventada.

Todos caen y caen, y van perdiendo el bulto en su caída,
¡hasta que son la tierra milenaria y primorosa!


"Mientras exista el capitalismo la injusticia continuará y se ensanchará la brecha entre los ricos y los pobres; la injusticia continuará".

No hay un hilo negro para descubrir la acción más contundente: la lucha cotidiana mediante la acción directa colectiva e individualmente, resistencia, vivir, vivir bien, amar mucho, reír con frecuencia, llenar el nicho... y aprender a reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar y darle espacio.

Estemos preparados. Quedémonos desnudos
con lo que somos, pero quememos, no pudramos
lo que somos. Ardamos. Respiremos
sin miedo. Despertemos a la gran realidad
de estar naciendo ahora, y en la última hora.


Poblemos nuestros encuentros de fantasías, alimento para un estado de ánimo necesario, el de las alas abiertas o las piernas sobre las bicicletas.

Se tiene que poder vivir sin joder; se tiene que poder mandar y obedecer.

Seamos imposibles, pidamos lo realista: una cita con cada fuente al término del día.

¡Aumento salarial digno o huelga general!

Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa.
No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día.
Prefiero ser de piedra, estar oscuro,
a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír
a diestra y a siniestra con tal de prosperar en mi negocio.

No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad
en mitad de la calle y hacia todos los vientos:
la verdad de estar vivo, únicamente vivo,
con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo.

¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas
a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos
con volar más allá del infinito
si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir
fuera del tiempo oscuro?

Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada.
Pero respiro, y como, y hasta duermo
pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme
de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.

No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser,
pero no puedo ver cajones y cajones
pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto
llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver
todavía caliente la sangre en los cajones.

Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro
la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento
de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil,
porque yo mismo soy una cabeza inútil
lista para cortar, por no entender qué es eso
de esperar otro mundo de este mundo.

Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río
de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre
que me devora, el hambre de vivir como el sol
en la gracia del aire, eternamente.

El sol es la única semilla

I

Vivo en la realidad.
Duermo en la realidad.
Muero en la realidad.

Yo soy la realidad.
Tú eres la realidad.
Pero el sol
es la única semilla.

II

¿Qué eres tú? ¿Qué soy yo
sino un cuerpo prestado
que hace sombra?

La sombra es lo que el cuerpo
deja de su memoria.

Yo tuve padre y madre.
Pero ya no recuerdo
sus cuerpos ni sus almas.

Mi rostro no es su rostro
sino, acaso, la sombra,
la mezcla de esos rostros.

III

Tú haces el bien o el mal.
Tú eres causa de un hecho,
pero: ¿eres tú tu causa?

Te dan lo que te piden.
Piden lo que te dan.
Total: entras y sales.

Dejas tu pobre sombra
como un nombre cualquiera
escrito en la muralla.

Peleas. Duermes. Comes.
Engendras. Envejeces.
Pasas al otro día.

IV

Los demás también mueren
como tú, gota a gota,
hasta que el mar se llena.

¿Has pensado en el aire
que ese mar desaloja?

Tú y yo somos dos tablas
que alguien cortó en el bosque
a un árbol milenario.

Pero ¿quién plantó ese árbol
para que de él saliéramos
y en él nos encerráramos?

V

A ti no te conozco,
pero tú estás en mí
porque me vas buscando.

Tú te buscas en mí.
Yo escribo para ti.
Es mi trabajo.

Vivo en la realidad.
Duermo en la realidad.
Muero en la realidad.

Yo soy la realidad.
Tú eres la realidad.
Pero el sol
es la única semilla.

(Poemas de Juan Luis Martínez y Gonzalo Rojas)

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