domingo, octubre 08, 2006

Volante Oaxaca

¿Qué está pasando en Oaxaca?

El día 9 de octubre llega a la ciudad de México la Marcha caminata por la dignidad. Cinco mil maestros, representantes de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), vienen caminando desde la capital oaxaqueña para exigir al Senado de la República la desaparición de los tres poderes de su estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) y la obvia destitución del gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Si bien el conflicto en Oaxaca inició con un movimiento magisterial, éste ha tomado un nuevo cauce al sumarse la mayor parte de la población oaxaqueña, harta de la injusticia, represión y desigualdad social que han vivido por décadas.
Dentro de los agravios cometidos contra el pueblo de Oaxaca se cuentan: la imposición (por medio de un fraude electoral) del priísta Ulises Ruiz Ortiz en la gubernatura estatal; la explotación, rezago y discriminación sistemática hacia los pueblos indígenas, con supuestos programas gubernamentales de apoyo que, además de palabras, no brindan ninguna mejora a la población oaxaqueña en ninguna de sus regiones; el despojo de las tierras de las comunidades indígenas y largas jornadas de trabajo con salarios de hambre; la migración forzada a los Estados Unidos, el D. F. y otros campos agrícolas o maquiladoras en el norte del país; la detención y encarcelamiento de cientos de indígenas por ‘supuestos’ nexos con el narco, que ni siquiera tuvieron la posibilidad de defenderse en su propia lengua; los asesinatos constantes por parte de grupos paramilitares en defensa del monopolio caciquil de algunos terratenientes; la destrucción de la biodiversidad y del patrimonio cultural oaxaqueños por parte del gobierno estatal a favor de empresas particulares y corporativos internacionales; la suspensión de obras prioritarias (salud, vivienda, trabajo, etcétera) y la negación rotunda del gobierno a dar mayor presupuesto a la educación, argumentando que no hay dinero.

El magisterio y la APPO

Desde hace década y media, los profesores oaxaqueños y sus sindicatos realizan huelgas anuales en demanda de aumento salarial, mejoras al sistema de prestaciones, pensiones y rezonificación por vida cara. Este año no fue la excepción, sin embargo, en esta ocasión el gobierno estatal lanzó una campaña de injurias en contra del movimiento magisterial y ordenó (la madrugada del 14 de junio) un violento y represivo desalojo del plantón que ocupaba más de cincuenta calles del centro de la ciudad oaxaqueña. Este desalojo fue repelido por los maestros y la población que a raíz de esto se solidarizó con el movimiento. Se sumaron también estudiantes de la UABJO y distintas organizaciones populares, sindicales, no gubernamentales, campesinas, indígenas y de colonos, que poco después conformaron la APPO. Es entonces cuando la huelga magisterial se convierte en una lucha política del pueblo en general.
Entre otras medidas, el movimiento decide tomar las sedes de los tres poderes; construir barricadas para resguardar los campamentos civiles de ataques armados perpetrados por grupos de choque y paramilitares; cerrar carreteras y terminales de autobuses foráneos, llamar a construir una nueva constitución democrática y popular para el pueblo de Oaxaca y constituirse como un movimiento pacífico. Las protestas y asambleas populares en todos los municipios del estado se multiplican: se toman los principales medios de desinformación (radio y televisión) y se realizan cinco megamarchas a favor de la destitución inmediata de Ulises Ruiz y de otros presidentes municipales impuestos.
Ante estos hechos, el gobierno estatal responde con una campaña de “contrainsurgencia” e intimidación al atacar a los miembros del movimiento y a los medios que lo apoyan (Radio Plantón, Radio Universidad, CORTV y Diario Noticias), enviando policías vestidos de civil, porros encapuchados y paramilitares para dispersar a la gente y detener, torturar, desaparecer y asesinar a integrantes del movimiento. Por su parte, Televisa y TV Azteca alimentan esta campaña al tergiversar y manipular la información sobre los orígenes y actuar del movimiento, con la finalidad de justificar el uso de la fuerza pública, para restituir el “estado de derecho” (como sucedió en Atenco).
Actualmente Oaxaca vive en un permanente estado de tensión debido al envío de tropas armadas veracruzanas (pues parte de la policía oaxaqueña pertenece a la APPO) y de 5414 soldados para “mantener el orden”, es decir, reprimir, desarticular y exterminar al movimiento. Al mismo tiempo, el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, inicia un aparente “diálogo” para negociar una supuesta salida pacífica sin destituir a Ulises Ruiz. ¿De qué manera podrá generarse una salida negociada con los miles de elementos policíacos y militares apostados en la capital para amenazar al movimiento?
Por todo lo anterior, las justas demandas del movimiento popular oaxaqueño, principalmente la salida de Ulises Ruiz, no son negociables. La represión en Oaxaca es inminente. No permitamos mayor derramamiento de sangre. Apoyemos con víveres, ropa, calzado y medicamentos al campamento de la Marcha caminata por la dignidad en la ciudad de México.

¡Fuera Ulises Ruiz de Oaxaca! ¡Libertad a los presos políticos y de conciencia!
Resistamos, informémonos, difundamos, participemos

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